«Catedral» de Patricia Guerrero en Sala BBK
«Catedral”, de Patricia Guerrero , ha sido distinguido con el Premio Giraldillo al Mejor Espectáculo de la Bienal de Sevilla 2016.
Con dirección escénica de Juan Dolores Caballero, la obra es el resultado de una profunda investigación dancística y escénica, además de un alegato contra los convencionalismos sociales a través de la evolución de una mujer fuerte.
La historia queda situada en un mundo fantasmagórico, casi desmantelado… Dios y el ámbito de la luz… En tan singular mundo del sacrificio de los muros en beneficio de los vanos, en el interior de las iglesias, la luz conformará el espacio sagrado donde la mujer personaje perdido se encuentra con lo sobrecogedor y enfermizo de sus creencias.
Los sonidos de las campanas rompen la oscuridad del silencio. Luz difusa, no concentrada, una luz transfigurada que trasforma el espacio en irreal y simbólico. El color alcanza su importancia crucial y la voz se une y, entretejida en el compás, nos recuerda cómo el alma busca y revuela en un espacio infinito.
Una figura ahora, se va haciendo en la bruma: luz y sombra. La figura se apoya en el canto y ahora, ella resuena, se mueve, vuelve para agrandarse en sí misma y, en este ritual, unirse a la ensoñación.
Voces religiosas de hombres castrados o de niños transparentes, de itinerario enfebrecido por los territorios de la mística y la heterodoxia. Figuras gemelas, de mujeres que se transforman para sacar de las tinieblas al personaje que se muestra nítidamente destacado por la tensión entre el mundo de la ilusión y los sueños, frente a una moral ancestral que la esclerotiza.
El personaje, ahora enfrentándose a sus sombras, ahora desgarra su palabra.
Es el ritmo y el baile descontextualizado, voz y percusión, música alegre y, por encima nutre la historia, lo que viene a ser una reflexión sobre lo místico, un personaje superior dispuesto a desviar su curso como algo irreductible donde, participado de una esencia entre divina y diabólica, vive su historia tanto como lamento, tanto como amenaza tanto como miedo.
Es camino de tránsito, de transformación, de pérdida y de locura. Es un intento de vencer al destino.
Catedral trata de una preparación en la que el espectador devoto se detiene, silencia sus palabras y prepara su corazón y su espíritu para la liturgia sagrada del baile, para el diálogo con el mundo de la creación. Es la conexión de nuestro espacio exterior, lo profano, con lo interior sagrado.
Es el Baile que como arquitecto, organiza una estructura que le permite, mediante la utilización de la técnica, transfigurar y desmaterializar los elementos del edificio, consiguiendo claras sensaciones de elevación e ingravidez.